jueves, 7 de junio de 2012

El lugar de la nube preciosa

           
 
Algunos días, solo, sentado en Zazén en el lugar de la nube preciosa. Un pequeño Dojo en una pequeña ciudad, de un pequeño país, de un ser  que llamamos planeta Tierra, que gira alrededor del  Sol, una de entre los cientos de miles de millones de seres que llamamos estrellas, que forman parte de otro ser al que llamamos Vía Láctea y que forma parte de otro conjunto de galaxias  cuyo numero es infinitamente mayor que la suma de los granos de arena de todas las playas de la Tierra.
Lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño es el mismo lugar.
 

Navegando por un océano de sueños, emociones y sentimientos, apoyados en fugaces percepciones, nadando entre creencias y visiones, refugiados en ideas, conceptos y teorías continuamente barridas por el viento de la impermanencia, ¿Quiénes somos?

Zazén es entrar en contacto con la dimensión de la existencia  que está más allá de la suma de nuestros actos, de nuestras palabras, de nuestra personalidad,  de nuestra historia, de las vicisitudes del mundo social, de nuestros pensamientos; es decir de todo karma. Es entrar en contacto con aquello que no está condicionado y de lo que resultan todas las condiciones. Ninguna explicación lo alcanza. Ponerle palabras y conceptos es confundir y alejarse.
 

Zazén  no es una practica solitaria. Nada queda fuera. Es la vuelta de la consciencia personal a la conciencia cósmica. Esta practica-realizacion, intima, resuena con todo el universo. Ninguna gota de agua está sola.
 Pero las palabras son palabras.

Zazén es el mismo lugar de la nube preciosa. Es devolver la gota de agua al océano. Y esa soledad numérica, solo un juego mas del ego, una ilusión que se ilumina en el lugar de la nube preciosa.
 

Zazén es entrar, con todos los seres y existencias, en esa corriente de unidad y armonía que expresa el poder cósmico en una diversidad infinita,  que se manifiesta a cada momento y en cada cosa, más allá del ser-tiempo, iluminando y disolviendo los limites de ciclos, estructuras y conocimientos surgidos de una comprensión  conceptual  de “las cosas” y no de la profunda experiencia existencial.

Cuidar este lugar y alentar esta práctica intima del Universo en el lugar de la nube preciosa, es permitir que toda la “luz” del Universo, por infinita que sea pueda reflejarse en cada gota de agua.

Penetrad toda niebla y desenmascarar a Dioses y Budas.
Podéis veros en los infinitos espejos y finalizar toda búsqueda.
Por favor, encontrad  el lugar de la nube preciosa en todos los aspectos y formas de vuestras actividades, de vuestra existencia.
Gyoji.