El sabio constantemente hacía cosas para el aprovechamiento del discípulo, y un día el sabio llamó al discípulo : "Vete a observar al mundo", dijo enigmáticamente.
El discípulo dejó la casa del sabio y comenzó a viajar de pueblo en pueblo.Y lo que más le impactó era la forma tan egoista e inhumana en que se comportaban todas las personas. Sentía dentro de si toda la desesperación del hambriento, la soledad del enfermo, la tristeza del abandono. Su corazón estaba devastado. Le parecía que ya a nadie le importaba nadie; y su amargura creció grandemente.
Un día, caminando por el monte entre dos pueblos, vió sorprendido como una pequeña liebre le llevaba comida a un enorme tigre malherido, que no podía valerse por si mismo. Le impresionó tanto que regresó al siguiente día para saber si el comportamiento de la liebre era casual o habitual. Con enorme sorpresa pudo comprobar que la escena se repetía : la liebre dejaba un buen trozo de carne cerca del tigre. Pasaron los días y la escena se repetía de un modo idéntico, hata que el tigre recuperó las fuerzas y pudo buscar la comida por su propia cuenta. Admirado por la solidaridad y cooperación de los animales se dijo:
"No todo está perdido. Si los animales, que son inferiores a nosotros, son capaces de ayudarse de este modo, mucho más lo podemos hacer las personas".
Y decidió hacer un experimento. Se tiró al suelo al lado de un camino muy transitado, simulando que estaba enfermo, y se puso a esperar que pasara alguien y le ayudara. Pasaron las horas, llegó la noche y nadie se acercó en su ayuda. Se quedó así durante otro día. Al anochecer ya no aguantaba su sed y hambre y abandonó el experimento. Se levantó y se fue a la casa del sabio, aun más decepcionado, en la convicción de que la humanidad no tiene el menor remedio; llegó a la casa del sabio y le contó su experimento, su decepción y su amargura.
"Pero ya tienes la solución , hijo mio, solo que no la ves", dijo el sabio.
Entre la humanidad, los "Tigres" sobran y lo que falta son las "Liebres".
DEJA DE SER EL TIGRE Y SE LA LIEBRE.
El discípulo dejó la casa del sabio y comenzó a viajar de pueblo en pueblo.Y lo que más le impactó era la forma tan egoista e inhumana en que se comportaban todas las personas. Sentía dentro de si toda la desesperación del hambriento, la soledad del enfermo, la tristeza del abandono. Su corazón estaba devastado. Le parecía que ya a nadie le importaba nadie; y su amargura creció grandemente.
Un día, caminando por el monte entre dos pueblos, vió sorprendido como una pequeña liebre le llevaba comida a un enorme tigre malherido, que no podía valerse por si mismo. Le impresionó tanto que regresó al siguiente día para saber si el comportamiento de la liebre era casual o habitual. Con enorme sorpresa pudo comprobar que la escena se repetía : la liebre dejaba un buen trozo de carne cerca del tigre. Pasaron los días y la escena se repetía de un modo idéntico, hata que el tigre recuperó las fuerzas y pudo buscar la comida por su propia cuenta. Admirado por la solidaridad y cooperación de los animales se dijo:
"No todo está perdido. Si los animales, que son inferiores a nosotros, son capaces de ayudarse de este modo, mucho más lo podemos hacer las personas".
Y decidió hacer un experimento. Se tiró al suelo al lado de un camino muy transitado, simulando que estaba enfermo, y se puso a esperar que pasara alguien y le ayudara. Pasaron las horas, llegó la noche y nadie se acercó en su ayuda. Se quedó así durante otro día. Al anochecer ya no aguantaba su sed y hambre y abandonó el experimento. Se levantó y se fue a la casa del sabio, aun más decepcionado, en la convicción de que la humanidad no tiene el menor remedio; llegó a la casa del sabio y le contó su experimento, su decepción y su amargura.
"Pero ya tienes la solución , hijo mio, solo que no la ves", dijo el sabio.
Entre la humanidad, los "Tigres" sobran y lo que falta son las "Liebres".
DEJA DE SER EL TIGRE Y SE LA LIEBRE.
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