jueves, 11 de octubre de 2012

GOZO





¡Esa plenitud que a veces llamamos VIDA, otras CONCIENCIA, otras DIOS  y en otras ocasiones buscamos alguna palabra inabarcable para designar lo que no puede expresarse!

Todo lo inunda. Nada queda fuera, pero tampoco hay dentro.

Cuando la vida siente la VIDA, el gozo es el éxtasis de la vida.
Es un sentimiento sin fronteras.

Si ponemos atención,  un poco de atención, nos daremos cuenta que en muchos momentos “algo” entra en nuestra conciencia personal que ésta no sabe clasificar, que no encaja en nuestro esquema mental y entonces le damos de lado y le cerramos la puerta.
Una inquietud innecesaria, una inútil pérdida de tiempo, decimos.

Sin embargo hay cosas que hasta al corazón se le escapan y que los ojos de un Buda no comentan.
¿Cómo no van a estar alejadas de nuestra comprensión?

Esa plenitud, esa corriente, ese viento, no tiene dirección, ni nombre. No nace en ningún lugar. No distingue entre las hojas de los árboles, aunque cada uno entone una melodía distinta. Sea en MI  o en FA, las acaricia por igual. Y así cantan los océanos y los mares, los ríos y los lagos, las montañas y los valles, las estrellas y  planetas y todas las criaturas.

Es el viento puro de la Creación.
Es una cuestión muy antigua.  ¿Qué es lo que se mueve el viento o las hojas? ¿Se agitan los mares o se mueven las olas?
Si dices que lo que se mueve es la conciencia, es que aún quieres dominar el viento y los mares.
Y tal vez sea porque el mundo es muy joven y que muchas cosas carecen de nombre todavía.

Es por eso que te digo: ¿cómo incorporar el gozo a tu vida?
¡Vive la VIDA de primera mano! Fresco y nuevo a cada instante.
¡No te dejes engañar por nada ni por nadie! y escucha, pero no en demasía.
Tu melodía es única aunque el viento sea el mismo.

GYOJI

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